¿Qué tiene que ver la productividad con el mindfulness?

Por muchos años pensé que la productividad tenía mucho que ver con estar ocupada todo el tiempo. Prácticamente renunciar a mi vida personal, a mis sueños, a mis relaciones, incluso a la salud y a la diversión por estar enfocada en el trabajo.

Tenía la idea de que mientras más llena esté mi agenda sería más exitosa y, por tanto, más feliz.

Todo se derrumbó el día que vi que mi salud se deterioraba, que había olvidado que las amistades se deben nutrir, que las relaciones de pareja necesitan trabajo y tiempo. Yo pensé que no tenía tiempo y que el problema era que nadie lograba entender eso. Mi excusa para no ir a reuniones familiares era: no tengo tiempo, tengo que trabajar. No era mentira, pero por alguna razón sentía que decir esa frase ya era suficiente.

También está por demás decir que nunca tenía tiempo para mí. No me cuidaba en la alimentación, no hacía ejercicio, tampoco tenía momentos de mindfulness. No me reconocía.

Curiosamente todo eso que sacrifiqué no estaba logrando lo que yo quería. No estaba siendo exitosa, no estaba siendo productiva. Me sentía abrumada con todas las cosas que tenía por hacer.

No sabía por dónde empezar así que hice una lista de cosas que quería cambiar. Cuando conducía de un lado a otro por cuestiones del trabajo empecé a escuchar podcasts que hablaban sobre productividad y en todos hablaban de un término que nunca había escuchado.

Así llegué al mindfulness. Una de las primeras cosas que aprendí fue que al estar más presente en cada cosa que hacía y en cada tarea que debía cumplir, el resultado era mejor. Me costó y todavía me cuesta obligar a mi mente a centrarse en una sola cosa, pero hago el ejercicio todos los días.

Hacer una pequeña práctica de mindfulness para estar presente en cada cosa que hacía me ayudó a mejorar mi concentración, a tomar mejores decisiones, a aliviar el estrés, a mejorar mis relaciones interpersonales y a resolver mejor los problemas que se presentaban.

La meditación nunca fue algo que se me dio con facilidad, así que cuando me di cuenta que para aplicar el minfulness a mi vida no necesitaba pasarme horas inmóvil en una sola posición mi vida dio un giro.

Los resultados en mi trabajo y en mi vida personal cambiaron. Mi productividad laboral creció como nunca y todo lo demás empezó a calzar. Encontré otras herramientas que me ayudaron en el camino como el Bullet Journal que hoy en día es mi práctica diaria de mindfulness y productividad.